La luz es uno de los recursos decorativos más poderosos. Con ella se puede transformar una estancia, crear ambientes y transmitir multitud de emociones. A lo largo de las últimas décadas los interioristas han sido cada vez más conscientes de este gran recurso y han diseñado todo tipo de estrategias para potenciar y modelar la luz según nuestros intereses.
El baño ha sido tradicionalmente un espacio oscuro, falto de luz natural y artificial al que se le ha prestado poca atención en la decoración doméstica. Por suerte la tendencia ha cambiado y cada vez tenemos más recursos para conseguir baños llenos de luz y vitalidad.
Desde las nuevas construcciones que incorporan grandes ventanas y fuentes de luz natural, hasta los distintos trucos y recursos para potenciar la luz en todo tipo de baños, sobre todo en aquellos de tamaño pequeño.
Si estáis pensando en reformar o transformar vuestros baños pequeños para que sean más luminosos, en este artículo os damos los mejores trucos y consejos.
¿Qué encontrarás en este artículo?
¿Cómo conseguir un baño pequeño luminoso?
Para conseguir que un baño pequeño sea más luminoso es fundamental dar prioridad a las fuentes de luz natural o, en su defecto, utilizar la luz artificial de manera estratégica. El uso del color blanco, los muebles y accesorios ligeros, y la ausencia barreas visuales, ayudan a aportar luminosidad.
Priorizar las fuentes de luz natural
Si contamos con un baño pequeño con una buena fuente de luz natural tenemos una gran parte del trabajo ganado.
Si hablamos de luminosidad lo primero que tenemos que analizar es el número de fuentes de luz con las que contamos en el baño. Lo ideal, y por priorizar opciones, será siempre la luz natural a través de ventanas, claraboyas o lucernarios, etc.
Si el baño no cuenta con fuentes de luz natural, o las que tiene son demasiado pequeñas, como veremos más adelante, habrá que trabajar de forma estratégica la luz artificial junto con el resto de trucos y consejos para crear un baño pequeño luminoso.
Colocar la luz artificial de forma estratégica
Tradicionalmente el baño se ha iluminado con una luz central global y, en algunas ocasiones un foco dirigido en la zona del espejo. Esta luz generalmente resulta pobre, escasa y crea demasiadas sombras.
Para conseguir un baño luminoso con luz artificial, independientemente de la cantidad de luz natural que entre, podemos seguir estos trucos:
- Utilizar luz ambiente indirecta: por ejemplo, colocando una tira de led que perfile todo el baño por la parte superior. Con ella se crea una iluminación muy natural y agradable, para momentos de relax en el baño. Esta luz puede ser cálida o, aún mejor, que se pueda regular la temperatura de color.
- Colocar distintos focos de luz ambiente en lugares estratégicos: la ducha, sobre el lavabo y sobre la zona más amplia del espacio. Se recomienda una luz fría de unos 100 lux (lúmenes por m2).
- Incorporar uno o varios focos de luz puntual sobre el espejo: para que nos iluminen bien cuando lo necesitemos, se recomienda una luz fría, de unos (5.000 ºK o superior) y 200 lux (lúmenes por m2), que sea lo más parecida a la natural para que no modifique el color de la piel.
El blanco nunca falla
Si hay un color luminoso por excelencia ese es el blanco. La luminosidad es una de sus características esenciales y gracias a él podemos potenciar enormemente las fuentes lumínicas que tengamos en el baño, tanto naturales como artificiales.
Se llevan los baños blancos y luminosos de estilo moderno y para ello tanto mobiliario, paredes, suelos y sanitarios se presentan en este color. El blanco usado de forma global crea un ambiente envolvente que transmite sensaciones de paz y tranquilidad.
Por otro lado, con el uso del blanco tenemos una doble ganancia; además de la luminosidad este color consigue que los espacios pequeños den la sensación de ser muchos más grandes, algo fundamental si estamos hablando de un baño pequeño.
El mobiliario debe ser ligero
Resulta bastante obvio darse cuenta que una estancia llena de muebles grandes y aparatosos disminuye el espacio y lo empequeñece, tanto física como visualmente. Estos muebles, además, generan sombras que reducen la luminosidad.
Si contamos con un baño de pequeñas dimensiones en el que queremos potenciar la luminosidad la clave será el uso de un mobiliario abierto y ligero.
Por ejemplo, colocar los estantes y estanterías abiertas imprescindibles sin saturar el espacio. La luz los atraviesa expandiendo y potenciando los focos de luz que tengamos y creando una sensación general mucho más amplia y luminosa.
Los reflejos aportan luz
En todos los baños hay, por sistema y practicidad, un espejo. Aunque éste tiene un fin muy específico (poder vernos a nosotros mismos) podemos dotarlo de una función complementaria: reflejar la luz. Los espejos y superficies reflectantes (azulejos, cerámica pulida, etc) hacen rebotar la luz convirtiéndose en focos luminosos secundarios.
Si buscamos un baño luminoso se puede escoger a propósito un espejo de grandes dimensiones, o varios, y unos acabados reflectantes que generen un ambiente más amplio y luminoso.
Las mamparas es mejor que sean transparentes
Para aprovechar al máximo el espacio de un baño pequeño tenemos que evitar colocar barreras visuales. Una de las barreras más grandes e imponentes dentro del baño es la mampara de la ducha o la bañera.
Para evitar delimitar visualmente el espacio y ponerle frenos a la luz, una buena estrategia es utilizar mamparas de cristal transparente o semi transparentes (con franjas traslúcidas, por ejemplo) que permitan pasar la luz y las miradas.
Accesorios: pocos y ligeros
Si hablábamos más arriba que colocar muchos muebles puede abarrotar el espacio y empequeñecerlo, lo mismo ocurre con los accesorios. En un baño pequeño hay que pensar muy bien qué queremos introducir, tanto a nivel práctico como decorativo.
Los accesorios mejor reducirlos al mínimo y los que vayamos a colocar que sean lo más ligeros, visualmente hablando, posible.
Las plantas son una excepción. Las plantas aportan sensaciones agradables y naturales y siempre son un complemento perfecto en cualquier espacio.
Textiles claros
Tanto las toallas, alfombras, cortinas u otros textiles presentes en el baño deben potenciar esa sensación de ligereza y luminosidad.
Aunque son un recurso perfecto para dar un toque de color al baño, hay que buscar paletas de colores luminosas, por ejemplo, de colores pastel o colores con vitalidad.